Cuando el destino de viaje es siempre el mismo comenzás a conocer personas, de algunos te haces amigo, otros son solo conocidos y a veces conoces a un amor. A veces no es más que una persona para pasar el rato en vacaciones, disfrutarlo mientras dure. Pero en otras ocasiones es esa persona que solo ves un determinado tiempo en el año, pero que su relación va mas allá de esos días juntos, se mandan mensajes, chatean y hablan por teléfono. Se mantienen en contacto continuo… de a poco logran conocerse, saber mas del otro, se enganchan y esperan con ansias el momento de verse. Dicen a menos tiempo, mas pasión, y es verdad tan poco pasan juntos que quieren aprovecharlo al máximo, vivirlo lo mejor que se pueda, porque saben que después, entre ellos habrá nuevamente un triste desierto.
La despedida, no es decir adiós definitivo. Solo es saber que queda abierta la posibilidad de un nuevo encuentro. Por eso antes de volver a separarse, no son necesarias las lágrimas, basta con un abrazo y escuchar “nada nos va a separar, ni el tiempo ni la distancia”.
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